LABORATORIO DE INNOVACIÓN CIUDADANA a Favor del Río San Juan con Vida

Cada vez con más frecuencia, la escasez de agua se considera un riesgo sistémico mundial. Desde 2012 y hasta el 2020 en todos los informes anuales sobre riesgos, el Foro Económico Mundial enumera las crisis de agua como uno de los cinco riesgos principales en cuanto a la repercusión que podría tener en la economía global. Del 2021 a la fecha, nuevas preocupaciones como las enfermedades zoonóticas y la guerra en Ucrania la han desplazado, sin embargo continúa dentro de los primeros diez peligros a nivel mundial. Cabe destacar que en el último informe (2023) cinco de los seis primeros riesgos referían al ámbito ambiental, incluyendo la escasez de agua.

El consumo excesivo de agua es una práctica generalizada. Según datos de la ONU, aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego. La contaminación del agua también es generalizada. Según la misma fuente, más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación. Los fertilizantes y plaguicidas empleados en la agricultura terminan en los ríos, de forma que infringen las normas de calidad del agua sin que las autoridades tomen medidas. Necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta.

En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 como parte de la Agenda 2030: la promesa de que la población  tendría agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030.

Al día de hoy, nos encontramos muy lejos de conseguirlo.

Los últimos datos muestran que los gobiernos deben trabajar un promedio de cuatro veces más rápido para cumplir con el ODS 6 a tiempo, pero ésta no es una situación que pueda resolverse con solo un actor o grupo.

El agua nos afecta a todas y todos, por lo que se necesita que, en conjunto, tomemos medidas.

A principios de la década de los ochentas, el antiguo pueblo de San Juan del Río comenzó un proceso de industrialización que lo ha transformado en la ciudad que hoy es. Al mismo tiempo, las condiciones del río con el mismo nombre comenzaron a deteriorarse. Ya en 2005, hace casi dos décadas, se produjo una muerte masiva de aves y peces en la presa Centenario, en Tequisquiapan, como resultado de la contaminación progresiva. En 2011, un estudio conjunto realizado por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y el Instituto Mexicano de la Calidad del Agua (IMCA) reportó que su estado de salud era grave y ese mismo año la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) declaró como alta la contaminación del Acuífero del Valle de Tequisquiapan, que incluye una segunda presa, Paso de Tablas. La degradación lejos de disminuir se ha ido agravando con el paso del tiempo. Un monitoreo realizado en 2017 por la misma CONAGUA, es bastante revelador del deterioro de la presa Centenario, así como de su cauce alimentador, el río San Juan; imponiéndoles en ambos casos un “semáforo rojo”, indicador de acarrear aguas “fuertemente contaminadas”, con niveles de toxicidad aguda (TA) de grado “alto”. Un año antes, estudios realizados por la UAQ a muestras tomadas en la cuenca arrojaron la presencia de algunos metales pesados como plomo y mercurio, metaloides como el arsénico, restos de plaguicidas y diversas variedades de virus y bacterias. Estos mismos estudios permitieron determinar que algunas especies silvestres que ingieren agua contaminada presentaron daños en los cromosomas que se traducen en malformaciones en su descendencia. Aún no es clara la afectación a la vida humana por la presencia de estas sustancias genotóxicas, como se les denomina.

Este proceso de degradación ha trastocado profundamente la relación que con el río históricamente han mantenido las comunidades asentadas a lo largo de su cauce. Nada queda de la vida animal que lo caracterizaba, peces como el bagre y la carpa ahora habitan sólo en el recuerdo de las personas mayores. También ha desaparecido la tradición artesanal de elaboración de cestas a partir de las raíces de algunos de los árboles que crecen en su rivera. Incluso, actividades como el lavado de ropa o el esparcimiento consistente en bañarse en sus aguas ya no son factibles.

Algunas noticias relevantes:

Contaminación río San Juan

Saneamiento del río San Juan

Convenio de colaboración saneamiento Río San Juan