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Los errores en los Libros de Texto Gratuitos (LTG)

Se comenta mucho en redes el error en la ubicación de las fracciones 5/6 y 5/8 en la recta numérica que aparece en el libro de texto de Nuestros saberes, tercer grado, página 82. Al respecto habría que destacar dos cosas:

La primera tiene que ver con la existencia de errores en las publicaciones, que son inevitables, aunque lo deseable es que sean los menos. Recordemos la mano de seis dedos que aparecía en el libro de matemáticas de primer grado correspondiente al programa 2018, o los 117 errores ortográficos en los libros elaborados durante la administración de Felipe Calderón. Otro error, que probablemente pasó inadvertido, es el que aparece en la página 90 del libro de matemáticas de primer grado del programa de 1993 y que se muestra en la imagen.

En fin, los errores siempre han aparecido en los libros de texto y, una vez identificados, lo correcto sería corregirlos en ediciones posteriores.

Otro aspecto de la discusión tiene que ver con el probable origen de estos errores.

Si nos concentramos en el error de la ubicación de las fracciones y en el correspondiente a la escala de la regla en el caso de los libros del 93, en ambos casos, es muy probable que puedan atribuirse al ilustrador quien, a diferencia de los responsables de contenido, no son especialistas en matemáticas y/o su didáctica.

En el primero de los casos, parece que se ha considerado que si los numeradores son iguales, ambos 5, el orden de colocación de cada fracción en la recta debe estar dado por sus denominadores, así, 6 va a la izquierda del 8. Esta falta de sentido en lo que representan el numerador y el denominador de una fracción es muy común.

Por otro lado, la omisión del cero en la escala de la regla, denota poca experiencia real en la utilización de dicho instrumento.

Si ambos ilustradores cursaron su educación básica en México, podemos asegurar que lo hicieron bajo un enfoque por disciplinas.

Así, ambos errores son típicos de quienes han recibido una educación fundamentalmente basada en la memorización de la teoría y la mecanización de los procedimientos o algoritmos, y, por lo tanto, descontextualizada, por lo que no se aporta sentido a los conocimientos. Este tipo de errores son los que se enfrentan mediante un aprendizaje situado, como el que propone la Nueva Escuela Mexicana.

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